La depilación es algo que forma parte del día a día de casi todas nosotras, y
cada vez más de casi todos. Hay muchos métodos de depilación, cada uno con sus
pros y sus contras, pero todos con el mismo objetivo, dejar tu piel suave y lisa. Hoy
daremos un repaso por los tipos de depilación más comunes.
Si nos depilamos en casa, los métodos más usuales son la crema depilatoria,
la cuchilla y el uso de máquinas depilatorias tipo Silk-épil. Tanto la crema como la
cuchilla son métodos que cortan en el vello a nivel cutáneo, no lo arrancan de raíz,
por lo que cada vez el vello tendrá más fuerza y será más oscuro; la cuchilla tiene el
peligro añadido de causar irritaciones y cortes, y la crema el de causar quemaduras
por una exposición demasiado prolongada. Sin embargo, son buenos métodos para
salir airosa de un imprevisto.
En los métodos más profesionales, encontramos la depilación con cera (fría,
templada, caliente, cera oriental, etc), la depilación láser, la de luz pulsada y la
eléctrica.
La cera tiene el inconveniente de que es algo dolorosa, pero es la mejor
opción de depilación si no podemos permitirnos una más sofisticada; la láser se
encarga de destruir la raíz del vello, retrasando su caída y, en muchos casos,
llegando a eliminar el vello; la depilación con luz pulsada es similar a la anterior,
pero en esta una luz intensa aclara y debilita el vello, hasta hacerlo desaparecer
casi por completo; por último, la eléctrica es la más novedosa, se realiza quemando
individualmente todas las células responsables del vello a través de una pequeña
descarga, es el método más eficaz para una depilación definitiva.
Aunque los métodos profesionales pueden ser algo caros, merece la pena
invertir en una depilación de calidad para nuestra piel. ¿Tú que método usas?